Mi tierra ha sucumbido,
y del agua un Ángel ha caído,
la Paz tambíen se ha ido,
llevándose todo consigo.
De la Estrella a Vara Blanca,
del Poás a Cinchona,
el temblor en el alma
acecha a millares de personas.
Hemos perdido vidas,
casas, carreteras y comida.
Y la emergencia se siente
en el pecho cuál hierro caliente.
Mi patria está herida,
en duelo la nación se inclina.
Se agradece la mano que ayuda,
baja, saca, busca y tranquiliza.
Pido al Dios de los cielos,
valentía, paciencia y esperanza,
que cubra sus corazones,
ayer, hoy y mañana.
Por último mi cabeza se inclina,